Realizamos esta entrevista en el Molino de San Antonio, donde Ferrnando nos habla de la relación de su padre, Diego Díaz, oriundo de Villa del Río Sevilla y aficionado a la pesca, que transmitió a Fernando el amor por río, el “arte” de leer el agua del río y la unión con el paisaje. Su padre formaba parte de una generación que vivía en permanente unión con el Guadalquivir. Con su vivienda en el barrio del Sector Sur, la ribera era el lugar de asueto donde ir a bañarse, a pasear o a pasar largas jornadas de pesca. El barbo era una especie abundante que llevaban al Bar Jerez, donde los servían adobados como tapa. Fernando trata de transmitir a sus hijos las enseñanzas de su padre, a leer en la corriente del río los mensajes del agua, a pescar respetando el medio y las especies. En la exposición que se encuentra en el molino de San Antonio aparece él de joven, cuando pertenecía al grupo ecologista Godesa en una reivindicación para pedir mayor protección para el río.