Miguel nació en una huerta cerca de la fábrica de ladrillos de la Madrileña. Llegó con sus padres Rafaela y Miguel a la Fuensanta en el año 1958 y fue en ese momento cuando conoció el Molino de Carbonell, donde le propusieron ser el guarda y asignarle la casa donde vive hoy. Luego fue ordenanza en las Oficinas principales de la empresa en Alcolea, dedicando media jornada a sus lavbores en cada lugar, también ayudaba en la tareas del molino y manejaba una barca con la que se daba agua para que entrara a las turbinas.