Antonia González Aranda es la más pequeña de cuatro hermanas que nacieron en la Huerta de Paparratas. Sus padres solo tuvieron niñas, por lo que ella y sus hermanas Rafaela, Patricia y María desempeñaban todas las tareas de la huerta, en unos tiempos donde la mujer no solía ocuparse en estos trabajos. Llegaron a tener un puesto en las Lonjas y posteriormente en la Plaza de la Corredera, donde vendían sus productos. Sus padres, María Aranda Martos y Antonio González Soler, nacido en 1906 e hijo también de hortelanos, trabajaron en la huerta hasta los años setenta, momento en que fue expropiada para la construcción del nuevo barrio de la Fuensanta. A pesar de tener la familia un piso en el barrio, su padre seguía durmiendo en la huerta pues para él, esta era su vida. La huerta no solo producía verduras y hortalizas, también flores, sobre todo nardos y crisantemos, que se vendían en el mercado de la Corredera.