Personajes

Ben Jafacha (1058-1139)

Poeta levantino cuyas descripciones de ríos y vergeles y del paisaje en general, crearon escuela. En él, como en otros poetas arábigo-andaluces, los temas del amor y la naturaleza van estrechamente unidos.

Beatriz Enríquez de Arana (1467?-1521?)

Nacida en la barriada de Santa María de Trassierra (Córdoba) en una familia de labradores y pequeños propietarios. Los Arana debían tener un cierto nivel social ya que Beatriz sabía leer y escribir, algo muy infrecuente en la época.

Hacia 1487 conoció a Cristóbal Colón en una de las estancias del descubridor en Córdoba a la espera de que la Corona asumiera su proyecto de viaje a Indias. Beatriz contaba cerca de 20 años y ambos iniciaron una relación amorosa. Fruto de ella nació su hijo Hernando (agosto de 1488), llamado así en honor al Rey Católico.

Al partir en 1492 hacia las Indias, Cristóbal Colón llevó consigo a Diego Arana, primo de Beatriz, y dejó a su primogénito Diego Colón a su cuidado. Al regreso de esta expedición acabó la relación. El navegante llevó a sus dos hijos a la Corte como pajes del príncipe Don Juan. Para compensar a Beatriz el no haberse casado con ella, le asignó una exigua pensión de 10.000 maravedís en 1493 y otra igual en 1502. En su testamento, Colón, encomendó a Beatriz a su hijo primogénito a fin de que le asegurara un final de vida digno. No obstante, Diego Colón, no se ocupó en absoluto de ella, lo que hizo que pasará grandes penurias económicas hasta su fallecimiento.

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

Nace en Córdoba en el seno de una ilustre familia. Hijo del jurista Francisco de Argote y de la rica propietaria Leonor de Góngora. Estudió en Salamanca y se ordenó sacerdote en su juventud. Desempeñó el cargo de Capellán del Rey en la Corte de Felipe III. Durante una época de su vida fue párroco de Santa Mª de Trassierra.

En la literatura cultivó un estilo culto y erudito donde la belleza es el tema principal, siendo uno de los iconos del Barroco. Sus rebuscadas formas hacen que sea muy criticado por contemporáneos como Lope de Vega y Quevedo, que llegan a calificar despectivamente su estilo como “culterano”. Entre sus obras hay que destacar la Fábula de Polifemo y Galatea (1612), las Soledades (1613) y sus sonetos y poemas endecasílabos. El menosprecio de Quevedo y Lope de Vega no evitó que se vieran influidos por su obra, así como también Calderón de la Barca y, en especial, la posterior generación del 27 que lo tomó como ejemplo.

Se traslada de nuevo a Córdoba al final de su vida agobiado por unas deudas que ni su obra literaria ni su condición de Capellán Real pudieron mitigar.

En algunos de sus bellos poemas supo describir el ambiente cercano a Santa María de Trassierra.

Ricardo Molina (1917-1968)

Nace en Puente Genil (Córdoba). Licenciado en Filosofía y Letras, cultivó tanto la poesía como la prosa, de la que merecen destacarse sus ensayos sobre el cante flamenco y sus reflexiones sobre la función social de la poesía. Fundó y dirigió la revista “Cántico” junto a Juan Bernier y Pablo García Baena. De aquí surge el “Grupo Cántico”, poetas influidos por Góngora que destacan por su vitalismo, su sensualidad y una particular forma de ver la vida.

Entre sus obras destacan El río de los ángeles, Elegías de Sandua, Elegía de Medina Azahara, Psalmos o Dulcinea. En 1949 obtiene el premio Adonais por Corimbo.

Algunas de sus composiciones están inspiradas en el paisaje del Arroyo Bejarano.